¡Lunes, no tan lunes!
¡Hola de nuevo!
Ojalá todos los lunes fueran como este: Dublín, amigos, planes…
¿Que qué hicimos nosotros?
Pues nuestro día empezó con un súper HAPPY BIRTHDAY a dos de nuestros chicos, ¡Nico y Hugo! Y es que no todos los años se hace uno viejo en Dublín… ¡Muchísimas felicidades de parte de todo el grupo!
También tuvimos una mala noticia, y es que el group leader que nos iba a acompañar a la actividad de hoy, finalmente no pudo venirse y nos retrasamos un poquito.
¡Eso sí, no perdimos el tiempo!
Nos quedaba en la recámara la visita al Trinity College, la universidad más antigua y prestigiosa de Irlanda. Se trata del único college integrante de la Universidad de Dublín, siendo ambas dinámicas una misma consolidación. Fue fundado en 1592 por la Reina Isabel I y, aunque fue una mujer la que lo erigió, en sus inicios era una Universidad exclusiva para hombres -y protestantes- aunque a partir de 1793 empezaron a admitir alumnos católicos.
¡¡Las mujeres no fueron admitidas hasta el año 1904!! Y todo por culpa de George Salmon (del que hay una estatua encargada por él mismo a un lado del campanario), rector de la universidad y fuerte defensor de mantener a las mujeres fuera de ella. Con su muerte, las mujeres fueron admitidas.
Como curiosidad: nada más entrar en el Campus por su entrada principal, frente a nosotros encontramos la torre del campanario. Tiene 30 metros de altura, con un arco inferior para pasar bajo ella. Los alumnos que estudian aquí ninguno pasa por debajo del arco del Campanario. Se dice que aquí se encontraba un monasterio agustino y que, al derrumbarlo para construir la Universidad, éstos le echaron un hechizo: alumno que pase por debajo suspenderá los exámenes; Alumno que pase por debajo, y además en ese momento suene la campana, no sacará la carrera.
Después de esta visita improvisada nos dirigimos, ya sí, a Dublinia: museo para conocer la historia de Dublín durante la época vikinga y la Edad Media.
Todas las exposiciones del museo cuentan con recreaciones de las escenas cotidianas a tamaño natural, capaces de transportar a los visitantes hasta otra época. La visita está dividida en tres partes bien diferenciadas: Dublín vikingo, Dublín medieval, y una zona denominada como «History hunters» (cazadores de historias).
Tras comer nuestros packed lunches y tener nuestras 3 horas de clase (¡muy llevaderas, de verdad!) vuelta a casita a recargar pilas.
Ya nos va quedando menos para acabar la semana y volver a la rutina… ¡ojalá el tiempo por lo menos nos siga aguantando sin llover!
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