¡Hola a todos!
Ya llevamos dos días por tierras irlandesas y el tiempo se nos está pasando volando.
El sábado salimos muy pronto de nuestras casas para embarcarnos en esta aventura. Los nervios y las ganas nos acompañaron todo el día, multiplicándose en el momento en el que conoceríamos a nuestros hosts después de dos buses, un avión, algunas esperas y muchos kilómetros recorridos.
Nuestras primeras horas en Galway las dedicamos a conocer a las personas que nos abrirán sus casas esta semana y a reponer energías ya que al día siguiente aprovecharíamos el domingo para irnos todo el día de excursión. ¡Estamos todos encantados con nuestras familias de acogida!
Hoy quedamos a primera hora en el centro de la ciudad para coger el bus que nos llevaría al destino de la salida que nos ocuparía el día entero: ¡Los Acantilados de Moher!
El viaje estuvo amenizado por nuestro conductor, Alan, que de forma muy simpática nos iba contando la historia de Irlanda en general, algunos detalles sobre los distintos lugares en los que iríamos parando antes de llegar a nuestro destino final e incluso nos contó algún chiste «típico irlandés».
Nuestra primera parada fue Kinvara en donde hicimos una breve visita al Castillo de Dunguaire. A pesar de la brevedad de esta nos dió tiempo incluso de hacer un amiguito peludo.
La siguiente parada fue en una fábrica de chocolate de la que salimos muy contentos porque tuvimos la suerte de poder probar un poco. ¿Y a quién no le pone contento un poco de chocolate gratis?
La tercera y última parada del día fueron los acantilados de Moher. Lo primero que hicimos al llegar fue resguardarnos y aprovechar para comer las packed lunches que nos habían preparado nuestros hosts. El resto del tiempo lo dedicaríamos a pasear por la zona, que era preciosa y nos encantó. Sacamos muuuuuuchas fotos (nos llegó la notificación de «BeReal» justo al bajar del autobús y los chicos me han pedido que no falten esas fotos en el blog de estos días así que aquí las tenéis) e incluso tuvimos un poco de tiempo antes de volvernos a subir al bus para comprar algunos souvenirs en la tienda de recuerdos.
Llegamos a Galway a media tarde y como habíamos llegado un poco antes de la hora prevista tuvimos un poco de tiempo, antes de volver con las familias, que aprovechamos para pasear un poco (¡y por primera vez!) por el centro de la ciudad e ir hasta la puerta de la escuela para ir familiarizándonos con la zona. Mañana será aquí donde nos volveremos a encontrar por la mañana para tener nuestro primer día de clase.
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