Si tuviesemos que describir el día de hoy con una palabra, esa sería «aventura».
Como cada día, al acabar las clases tenemos actividades organizadas, y hoy tocaba subir a una de las siete colinas de Edimburgo que se llama Arthur’s seat. El día comenzó soleado, así que parecía que iba a ser día perfecto para esta actividad. Tomamos un bus hasta el pie de la colina y nos dispusimos a escalar. Pero el clima aquí es muy cambiante, y justo cuando algunos ya se disponían a coronar la cima, comenzó una lluvia (que aunque muy fuerte duró solo un ratito) que hizo que algunos decidieran quedarse abajo con las profes. Solo los más valientes lograron llegar a lo más alto y disfrutar de unas increíbles vistas panorámicas de toda la ciudad. El clima nos dió una tregua y el descenso fue más calmado y relajado.
Durante el descenso, los ganadores de la actividad de ayer fueron compartiendo su premio (un gran lote de chuches y patatas fritas) con los compañeros para recuperar todas las fuerzas que habíamos gastado en esta entrañable aventura. Ya de vuelta en el punto de partida, nos juntamos con el resto de compañeros y disfrutamos de una tarde en el centro comercial para entrar en calor.
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