Hiya again!!
Aunque parezca mentira la primera semana ya se ha pasado volando y ni nos hemos enterado. Nos hemos hecho muy amigos y amigas tanto entre nosotros como con otros estudiantes con los que también hablamos en las actividades de las tardes y en las clases. Además esta semana llegan más estudiantes de Brasil, Francia y Turquía entre otros países, así que más gente con la que seguir practicando y mejorando nuestro inglés.
El viernes, el primer día de este largo fin de semana de celebraciones, nos lo pasamos en un típico salón de recreativos al más puro estilo americano. Allí nos dieron una tarjeta con créditos para poder probar las distintas máquinas de arcade que había, competir entre nosotros y los otros estudiantes en los distintos juegos que había o incluso intentar conseguir alguno de los objetos de las máquinas que tenían premios como cámaras, altavoces, mandos para la Nintendo Switch o gorras de los equipos de Toronto. Pero la tarde no nos deparaba eso nada más, si no que también pudimos «pelear» entre nosotros en una partida de Laser Tag en el mismo salón. En dos equipos, cada uno con una base en cada extremo de un mini laberinto, competimos entre nosotros por ver qué equipo era capaz de conseguir más puntos disparando a los adversarios con armas láser. Nos lo pasamos en grande y además pudimos competir contra los brasileños en una ya tradicional competición deportiva de verano de España contra Brasil. Ya os iremos contando cómo van quedando los resultados, pero de momento vamos ganando una prueba a cero. Para finalizar la tarde también pudimos jugar a los bolos, así que nos pusimos un par de zapatos de bolos y nos pusimos a intentar hacer tanto strikes como pudimos. Una vez se terminó la tarde pusimos rumbo a nuestros hogares torontonianos para descansar y así afrontar con fuerzas el finde que se nos venía por delante.
El sábado nos pudimos despertar más tarde, ya que no tuvimos clases por la mañana, por lo que pudimos recargar aún más las pilas después de toda la semana sin descanso que tuvimos. Después de desayunar y pasar un tiempo con las familias preparamos la mochila con la toalla, con ropa para cambiarnos, la comida y pusimos rumbo a la playa. No era un día de playa ordinario puesto que era 1 de julio, día en el que se celebra la independencia de Canadá de Reino Unido en 1867. En este día festivo las familias se reúnen y acuden a algunas de las actividades que organiza el ayuntamiento de Toronto y que van desde desfiles hasta conciertos por calles y plazas de la ciudad. En la playa a la que fuimos la gente se reúne ya desde el medio para preparar barbacoas con su familia y así pasar el día juntos hasta la hora de los fuegos artificiales que lanzan desde Ashbridges Bay. Después de pasar el medio día y parte de la tarde en la playa viendo cómo la gente celebra el día, tomando el sol, refrescándonos en el agua y jugando a voleibol, volvimos al centro para ponernos guapos y guapas, cenar con las familias o juntarnos unos pocos para cenar juntos y volver a salir para ver los fuegos artificiales. A los que estaban acostumbrados a grandes despliegues pirotécnicos no les ha sorprendido tanto, pero todos nos hemos pasado un buen rato juntos y juntas viendo cómo se iluminaba el cielo de Toronto en este día tan especial para la gente de Canada.
Para poner el broche de oro a este primer fin de semana tuvimos que volver a madrugar. Pero esta vez no nos costó tanto como lo que nos cuesta cuando es para ir a clase. Como era para ir a visitar las cataratas del Niagara el madrugar se toma con otra actitud. Después de un pequeño viaje en autobús llegamos a Niagara Park, una especie de reserva situada a la vera del río Niágara y que es el hogar de una especie de reserva natural donde la gente de Toronto, Hamilton y ciudades de alrededor van de visita para hacer picnics y pasar la tarde. Allí pudimos observar la central eléctrica que provee de energía a Toronto y las ciudades de los alrededores de las cataratas. También pudimos probar y aprendimos cómo se hace el famoso sirope de arce y otros productos típicos de la zona y de Canadá. Tras esta pausa, pusimos rumbo a lo que llevábamos esperando la primera parte de la mañana: Niágara Falls. Después de bajar a los pies del lago, ponernos unos ponchos para mojarnos lo menos posible y montarnos en el barco nos acercamos a Horseshoe, la catarata mayor de las tres. A los pies de este velo de agua de más de medio kilómetro de longitud vimos el caudal de agua que cae por la catarata y la fuerza que tiene. El nombre Niágara significa en el lenguaje de los pueblos originales de la zona «trueno de agua», y no puede estar mejor elegido, ya que el ruido que produce el agua caer desde EEUU al territorio Canadiense es atronador. Para finalizar la visita, tuvimos tiempo para comer tranquilamente y poder pasear por el pueblo de la zona, que en los últimos años, debido al turismo, se ha convertido en una especia de Mini Vegas, con muchas luces, pequeños centros comerciales y, por supuesto, un Hard Rock Cafe.
Con esto terminamos nuestra primera semana en Toronto, y esperamos que las demás no se nos pasen igual de rápido. Por lo pronto la semana comienza con otro día festivo más, ya que como Canada Day fue de sábado, la jornada laboral la trasladan al lunes, así que es la excusa perfecta para visitar un centro comercial-outlet que está a las afueras de la ciudad.
En la próxima entrada del viaje podréis leer sobre ello, así que estad atentos.
Bye!!
Deja una respuesta