El día de hoy empezó con mucha calma, ya que han pasado suficientes días para que todos nos hayamos acostumbrado al itinerario de cada día (aunque los horarios para comer siguen siendo un gran proceso de adaptación cultural). Tanto para el desayuno como para la comida, me senté a hablar con Ana Ceballos y Candela Moreno, quienes me hablaron de la comida típica que tienen en su casa. Además, me grabaron haciendo un tutorial en inglés sobre cómo comer un «blondie» (brownie con vainilla en vez de chocolate). Aunque les resulta más fácil hablar en español, siempre les hablo en inglés, animándoles a que respondan de tal manera también.
Después del desayuno, acompañé al grupo de artes escénicas a ver en qué consistían sus clases: trabajaron con Ellie, miembro de Atlas que también ha hecho danza por toda su vida, y empezaron una coreografía para la canción «Voulez-Vous» de ABBA. El trabajo de todas ha sido fenomenal, y participé un rato con ellas en la coreo para motivarles a seguir bailando. Terminamos la clase con unos ejercicios de improvisación teatral y creación de escenas, en donde se llevaron el show las escenas de Candela, Clara, Ana e Inma. Después de comer y tener tiempo libre, se fueron todos a clases. Para la cena, me comentaron que los cambios de grupos y las clases en sí les habían gustado mucho. Como ya se ha vuelto costumbre, he ido a jugar baloncesto con Carlos, pero en esta ocasión se acopló Celia, Ana Sánchez y dos muchachos italianos que jugaron con nosotros, mientras las chicas ponían la música (Ana y Celia recalcaron que no querían jugar porque «eran muy malas» y preferían hacer de DJs).
Terminamos la noche con la actividad de Disco Night, donde un DJ local (DJ Mike), puso una lista de reproducción bastante variada para todos los gustos y colores. Aunque sin duda disfrutaron de todas las canciones, se volvieron un poco locos todos cuando sonaba un tema en español, como el remix en inglés de «Despacito». Sin duda, muchos alumnos todavía no están familiarizados con el concepto de bailar y salir de fiesta, pero les hice mucho hincapié en que es una actividad de celebración y expresión corporal, que es mucho más importante que lo que dirán los demás. Soy muy fiel creyente de esto, y por eso quiero resaltar la actitud de Carlos en esta actividad. En algún momento de su vida había escuchado que bailar «era de chicas», una frase que muchos hombres hemos tenido que interiorizar mientras renunciábamos a conectarnos con nuestro cuerpo. Pues Carlos estuvo junto a mí y al grupo toda la noche, bailando y sintiendo la música; ciertamente, se salió de su zona de confort, y esto, sin duda, es uno de los lemas de este viaje. Disfrutad de las fotos y los vídeos!
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