Y seguimos indagando en el pasado reciente y no tan reciente de la isla. No hace falta irse muy lejos para visitar algunos de los edificios más emblemáticos del país, que hoy albergan museos y cuentan la historia de un pueblo que está más vivo que nunca.
Ya sabíamos desde la visita a Dublinia que los vikingos habían pasado por la isla, usando este territorio como puente hacia Europa. Vimos cómo vivían, qué comían, cómo se vestían… Pero hoy en nuestra visita al museo de arqueología hemos tenido la oportunidad de ver los restos de los asentamientos vikingos que dieron nombre a la ciudad, Átha Cliath (Baile Átha Cliath significa Dublín en gaélico, la segunda lengua nativa de la isla) y Dyflinn, con nuestros propios ojos. ¡Y no todo es como nos lo pintan el cine hollywoodiense! Nada de cascos con cuernos.
Y no solo sobre los antiguos pobladores de los países bálticos. También hemos conocido parte de la historia más reciente de la República de Irlanda. La Revolución contra el Imperio Británico que gobernaba la Isla Esmeralda fue razón más que suficiente para las fuerzas británicas para encerrar a más de dos en celdas durante años. Tuvimos la gran suerte de visitar una de las prisiones desocupadas más grandes de Europa, Kilmainham Gaol, que hoy es un museo, ¡e incluso vimos cómo eran las celdas por dentro! Aunque salimos libres de prisión 😉
Después de nuestras aventuras y visitas a exposiciones durante la mañana, es momento para regresar a clase. Pero no volveremos a casa hoy sin haber visitado hoy un buen PUB irlandés (uno donde podemos estar la gente de nuestra edad y pasarlo bien sin peligro, eso sí), algo que no puede faltar en una buena visita a Irlanda… Y tampoco volveremos sin haber bailado un poco en compañía de compañeros y amigos. Está siendo sin duda un viaje inolvidable.
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