Tras las despedidas, llegó el domingo, día que pasamos en el centro de la ciudad. Hicimos un selfie contest, en el cual tuvimos que realizar iferentes fotografías (no solo selfies, a pesar del nombre): posando haciendo ballet, imitando una señal de tráfico… Además, tuvimos que interactuar con gente para pedir fotos dándose la mano, con sus mascotas… ¡Va a ser que sí que estamos mejorando el inglés!
Para el lunch, nos movimos a Stephen’s Green, parque enorme en el centro de la ciudad (como El Retiro, pero más pequeño) donde hay estanques con patos y cisnes (y alguna ardilla también).
Después, tuvimos algo de tiempo libre en el centro, que usamos para realizar algunas compras, esos souvenirs que os daremos a la vuelta (entre otras cosas :P).
El lunes, comenzamos la semana con una adaptación total a Irlanda: ¡se notaba que comenzábamos nuestra tercera semana! Fuimos a clase, y nos dieron a elegir de actividad entre deportes e ir a un centro comercial… Ya os imagináis lo que eligió la mayoría de la gente, ¿verdad?
El martes por la mañana dos grupos fuimos a Dublinia, ese museo sobre el pasado vikingo de Dublín que otro grupo ya había visitado antes.
Por la tarde, visitamos Chester Beatty, una librería/museo en la que hay un montón de pergaminos y textos de diferentes épocas y lugares. Desde luego que es algo distinto a otras cosas que hemos visto, ¡pero a la vez es muy interesante!
El miércoles, el grupo que faltaba visitamos Jeannie Johnston, ese barco famoso porque durante «La Gran Hambruna» de Irlanda, nadie murió en él. Además, otros grupos visitamos Chester Beatty y el Archaeological Museum, ambos lugares que ya habían visitado los demás grupos antes.
Como evening activity, nos acercamos a la residencia de estudiantes donde, en su salón de actos, tuvimos la actividad de Irish Dance. Como podéis ver en los vídeos y las fotos, no solo pudimos ver cómo es el baile típico irlandés, sino que pudimos aprenderlo y ponerlo en práctica, aunque fuese un poquito.
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