Llegó el fin de semana para muchos de nosotros era nuestro último día completo en Dublin, así que decidimos aprovecharlo al máximo.
Esta vez, el bus nos recogió sobre las 8, temprano para ser viernes y nos llevó hasta Avondale, donde se encuentra un bosque natural que lleva abierto tan sólo un par de semanas.
Hicimos un recorrido por el parque por las alturas, sobre un camino de madera sostenido por pilares donde había pasadizos con juegos y actividades. También había partes del camino que nosostraban con carteles información sobre los tipos de árboles y animales que podíamos encontrar en el bosque. ¡Aprendimos mucho! Pero aún lo mejor estaba por llegar… ¡La torre con tobogán!
Llegamos a la torre en espiral, de 38 metros de altura, que se encuentra en medio de un bosque de eucaliptos. Subimos la torre donde nos sacamos fotos preciosas, pero como no, ¡tuvimos que tirarnos por el tobogán para bajar! Lo pasamos en grande deslizándonos por el tobogán, incluso grabamos videos de la bajada.
Después de un poco de adrenalina, visitamos la tienda de y comimos en un parque, mientras nos recuperábamos de tantas aventuras.
Pero ya era hora de volver al bus para ir a casa. Muchos de nosotros aprovechamos para ver a nuestros amigos una vez más, ya que nos íbamos y queríamos disfrutar de una tarde de paseos, helados y despedidas. Pero para muchos de nosotros era hora de cenar, ducharnos y hacer la maleta, ya que mañana ya volvemos a casa. Para los que nos vamos mañana, ha sido un viaje increíble, lleno de aprendizaje, aventuras y nuevos amigos. Para los que se quedan, aún nos espera una semana más para seguir aprendiendo y descubiendo, ¡todo lo que Dublin tiene que ofrecernos!
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