¡Hello familias! Aquí la crónica de nuestros últimos días por Dublín, espero que la disfrutéis.
El viernes por la mañana quedamos ya en nuestro meeting point más habitual: la parada de Dame Street. Cuando todos nos bajamos de nuestros respectivos buses nos pusimos en marcha, aunque no tendríamos que andar muy lejos, apenas 5 minutos, porque nuestra primera parada de la mañana se trataba del Trinity College. Tuvimos la oportunidad de realizar una pequeña visita por los exteriores de la famosa universidad (¡e incluso vimos a gente con sus birretes y togas de graduación!). Al acabar la visita volvimos a Grafton Street la cuál ya es para nosotros terreno más que conocido para unas últimas compras. Una vez se nos acabó el ratito de tiempo libre y bajo la lluvia dublinesa que apareció después de toda una semana de sol nos dirigimos a Atlas School para nuestras últimas horas de clase. Al acabar, por fin descubrimos que grupo resultó ganador del Selfie Kontest y los afortunados pudieron reclamar su premio. Os comparto algunas de las mejores fotos del concurso, ¡hay algunas verdaderamente originales!
El sábado volvimos a quedar en Dame Street para nuestro full day en Howth, un pueblito costero muy pintoresco al que se llega cogiendo un tren de menos de una hora. Llegamos allí a media mañana, listos para dar un paseo por sus impresionantes cliffs. Aunque la cuesta a algunos se nos resistió un poco, la espectacular vista hizo que mereciese la pena la subida. Al bajar de nuevo algunos aprovecharon para probar el mitiquísimo fish and chips mientras que otros decidieron dar un paseo por el mercado o sentarse en la hierba a descansar. Al acabar de comer volvimos a coger el tren de vuelta al centro de Dublín y desde allí un bus a las casas de nuestras hosts families. En estas últimas horas aprovecharemos para compartir unos últimos momentos con aquellas personas que tan bien nos han acogido estas semanas.
Nuestros últimos días en Dublín han sido tan emocionantes como los primeros, y todos nos marchamos de aquí teniendo claro que volveremos a esta ciudad que tanto nos ha enseñado y tanto nos ha sorprendido. Para mi, Cris, su monitora, ha sido un placer compartir esta experiencia con ellos. Mañana volvemos a casa, pero un cachito de Dublín viajará siempre dentro de nosotros a partir de ahora.
¡Hasta pronto!