Second day!
Algo más descansados, hemos podido comprobar de primera mano el denso tráfico de Dublín -a veces, caótico- y hemos llegado todas y todos safe and sound (sanos y salvos) a nuestro destino: Atlas Language School, el punto de encuentro que tendremos toda la semana. Es una escuela situada en el barrio de Portobello, justo enfrente del canal y apenas a diez minutos andando de St. Stephen’s Green (que bien podría ser el Parque de Quevedo de Dublín).
Después, nuestra guía Heather nos ha guiado por Harcourt Street, una zona plagada de arquitectura Georgiana, donde se pueden ver puertas al estilo victoriano inglés. Y allí llegamos a St. Stephen’ s Green, un bonito parque con jardines cuidados, ardillas en libertad y alguna que otra gaviota pendiente de buscar turistas dispuestos a alimentarlas.
Continuamos nuestro itinerario en una zona que ya conocimos ayer: Grafton Street. Allí pudimos ver la estatua de Phil Lynott, componente de la mítica banda Thin Lizzy justo enfrente del pub donde comenzó a tocar durante los años 60 y 70.
Y así es como llegamos a Trinity College, la más prestigiosa universidad de Irlanda, donde estudiaron literatos y figuras notables como Bernard Shaw, entre otros. En este lugar, nos ha contado Heather, que intentaron grabar algunas escenas de Harry Potter, especialmente en la biblioteca, pero debido a su alto valor patrimonial tuvieron que recrear el Gran Comedor en un plató que recordaba bastante a esta estancia. Justo enfrente, en las escaleras se encuentra otro lugar notable, el Parlamento de la República de Irlanda.
Continuamos nuestra ruta en el Orientation Tour por Dublín hacia el río Liffey, donde cruzamos hacia la otra orilla por el O’Conell’s Bridge, para volver por el puente de Ha’ Penny Bridge, donde la luz y el sol del cielo irlandés nos dejaron sacar algunas postales que nos quedarán de por vida.
Atravesando un callejón y la zona de ocio nocturno típica de Dublín llegamos a uno de los pubs irlandeses más representativos: The Temple Bar. Su importancia es tal que ha dado nombre a todo ese área de Dublín. Por las noches, siempre y cuando uno cuente con la mayoría de edad -ya lo siento por el grupo, pero seguro que vuelven cuando puedan- podrían disfrutar de música en directo, de todo tipo y prácticamente todos los días. Allí nos pudimos ver a través del móvil ya que, al ser un lugar representativo de Dublín, cuenta con una cámara en directo emitiendo las 24 horas y que, si tenéis curiosidad podéis consultarla en cualquier momento a tiempo real en este enlace.
Para finalizar nuestra ruta, antes de volver a Atlas School y comenzar las clases, hicimos una última visita a Molly Malone, una vendedora ambulante notable que forma parte del folklore irlandés.
Santiago pudo ensayar en el insti con algunos estudiantes la canción tradicional dedicada a Molly, representada en su momento por la banda local The Dubliners y hoy mismo por el IES Juan del Enzina. Spoiler: hoy no ha llovido en todo el día y, además, la gente que estaba en ese momento alrededor no sólo ha aplaudido sino que alguno que otro siguió cantando la canción (por si colaba y seguíamos cantando, pero no coló).
Finalmente y, después de algo de tiempo libre, llegamos algo cansados (y con alguna que otra compra más) a Atlas School, en Portobello, nuestro punto de partida y la escuela donde se podrá disfrutar del curso sobre Cultura y Tradiciones Irlandesas. Allí, los alumnos se dividieron en dos grupos para facilitar la organización y aprovechar al máximo esta experiencia, la mitad aproximada en cada clase.
Para finalizar el primer día, cargado de cosas que hacer, pudimos seguir demostrando nuestras indiscutibles dotes artísticas, esta vez a través del baile en lugar del cante. Nos explicaron los orígenes del baile tradicional irlandés, sus diferentes tipos y la influencia de la música en directo (recordad lo que hablábamos más arriba sobre Temple Bar) en la cultura y el modo de vivir de los irlandeses. Además, después de todo el cansancio pudimos bailar junto a la profesora unos pequeños pasos (como podéis ver, nos lo hemos pasado muy bien y hemos hecho lo que hemos podido con el baile)
Exhaustos, emocionados y con algo de hambre, cogimos el bus de vuelta (por fin) y pudimos llegar a nuestras guest houses sin problema. Creo que hoy más de una y más de uno va a dormir mejor que ayer, incluso sin persianas.
Nos leemos mañana! 😉
Víctor.
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