Ana LA. en Canadá - Capítulo 8 - Pautas básicas para sobrevivir en un lugar donde todo es en inglés
¡Feliz día de vida, mi lindo lector! Un mes precioso como octubre, y sin duda, merecedor de un capítulo con mis consejos más sinceros, en lo que al idioma del inglés se refiere. Si eres de ese grupito que siempre está aquí, entre mis palabras; de los que me acuerdo cada vez que escribo una introducción, muchas gracias por darme otra oportunidad, y regalarme tu valioso tiempo. Si, en cambio, las consecuencias de tus actos han hecho que acabes aquí, mientras estabas tranquilamente frente a tu pantalla, y no me conoces, encantadísima. Me llamo Ana L.A. Pues resulta que estoy temporalmente estudiando en Canadá. Y se me ocurrió que algunas cositas que he vivido en primera persona, podrían ayudarte. O al menos, entretenerte. ¡Ojito! Las técnicas que comparto contigo a continuación, para nada son infalibles. Ojalá, mi niñ@… Me hubiese ahorrado MUCHAS situaciones incómodas, pero bueno, de los fallos es como mejor se aprende.
Te pongo en contexto. Segundo día en Canadá, recién llegadita. En este punto no te ha dado tiempo de aprender, prácticamente, nada. Noche de juegos de mesa. Pues como no había llegado Lihn (la vietnamita) todavía, me tocó conocer a hermanos, cuñados y compañía, solita. ¡Chacho chacho! Entre que usan expresiones que hacen referencia a experiencias que sólo ellos tienen en común; que mencionan marcas canadienses que yo confundía con vocabulario que no sabía; y que tienen acento de pueblo perdido de no más de 600 habitantes, tal como es Mulgrave; me planteé seriamente (nada serio, tan sólo exagero) si había estudiado algo de inglés en mi vida.
-ACTIVANDO MECANISMOS DE SUPERVIVENCIA-
Truco número 1. Aplicable en afirmaciones y negaciones. No te la recomiendo para preguntas que te estén haciendo. Básicamente, consiste en que te quedes con alguna palabra de lo que haya dicho tu interlocutor. Por favor, escoge palabras con sustancia, no vayas a coger un pronombre o un artículo. Casi siempre lo mejor es un sustantivo. Llamemos X a dicho sustantivo. Tu respuesta a lo que te acaban de decir puede ser: “¿X?” Así de sencillo. Basta con darle un tono de sorpresa que pueda ser confundido con que buscas confirmación. Suele quedar bien, si lo acompañamos con un “Really?” o un “Oh my God! (OMG)”. Ejemplo: ¿Tarta de zanahoria? ¿De verdad?”. No te olvides de acompañarlo de una descriptiva comunicación no verbal.
Truco número 2. Si el ambiente en el que te encuentran te están haciendo bromas a ti, o te están haciendo un comentario que te da a entender que es una broma para otro de los presentes, puedes usar una frase muuuuuy neutral. Ejemplo: “yo no tengo nada que decir al respecto”. Vale, mi niño, tienes que leerlo con el tonito sarcástico y con una sonrisa en mi cara. Ahora puede que le veas más sentido. Y en caso de que no, te habrás desecho de una situación en la que es muy fácil decir algo inapropiado. Las bromas de por sí, son comentarios que deben ser dichos en el momento exacto, por una persona adecuada, y que la idea sea muy clara. Yo no me la jugué en aquella mesa de póker, por miedo a que se malinterpretara alguna cosa, y pudiera acabar mal.
Truco número 3. Pregunta cómo se deletrea una palabra que no hayas entendido. Yo que algo de vocabulario he estudiado, me encuentro de vez en cuando con palabras que conozco, pero no con esta pronunciación de aquí. Yo he usado esta técnica con nombres de personas que no había escuchado en mi vida, para palabras que se dicen completamente diferentes a como las aprendí en los exámenes de Cambridge y para palabras que se escriben diferentes, pero se pronuncian igual (mención especial para estas palabras, los estudiantes internacionales les damos las gracias jajajajajajaja).
Truco número 4. Las peores situaciones con las que me encontré al principio fueron, en todos los casos, preguntas. Yo lo que hacía (sigo haciéndolo, no es para quedar mejor jajajaja) es hablar más de la cuenta. Ante la duda de lo que me han preguntado, respondo muchas cosas. Me explico. Imagínate que he han preguntado algo que tiene que ver con tu procedencia. Es posible que no escuches bien o no entiendas a esa persona, que te ha preguntado por tu nacionalidad. En ese caso, ante la duda, le dices muchas cosas que tengan relación con el tema en cuestión. Le puedes hablar de dónde vienes, cuánto tiempo te estás quedando en Canadá, y lo que te ha sorprendido de tu experiencia hasta el momento. Alguna de las respuestas será la que estaba pidiendo, y si no, pues mira, eso también lo hacemos en España. Preguntas algo y te responden lo que quieren.
Truco número 5. Esta frase la uso yo para amigos canadienses. “Vale, genial, ¿ahora me lo puedes decir como para alguien que no habla inglés como primera lengua? Como te portas”. Añádele una sonrisa y una imitación simpática del inglés hablado a 35 palabras por segundo. Ahí lo tienes.
Truco número 6. La clave, de verdad te lo escribo, es estar siempre alerta. Todo de lo que no me he podido enterar mediante palabras, lo he entendido gracias a la observación. En voleibol, por ejemplo, era muy complicado que me enterara de las instrucciones, al menos los primeros días. (Ahora parezco una más, ni yo me lo creo). Pues con toda la calma del mundo, me separaba un poco de la zona en la que intuía que se iba a desarrollar la siguiente actividad, y miraba. Observaba lo que hacía el resto. Sobre todo, claro está, las veteranas del equipo. Y te vas buscando la vida.
Truco número 7. Sonrisas. Confirmo la validez del refrán “una mirada dice más que mil palabras”. Ahora combina estos dos factores. Una sonrisa y una mirada llena de contenido, no hace falta el inglés. Porque por encima de las nacionalidades, está nuestra raíz. Algo que todos tenemos en común. El hecho de ser humanos. Esto sirve, para responderle a los profesores, que sobre la marcha entienden que tú sabes la respuesta, pero que por ser extranjera, no vas a decir la respuesta en medio de la clase. Esto sirve, para responder cumplidos de lo bonito que es tu pelo, o lo bien que has jugado un partido. Esto sirve, para responder que, SÍ, tienes muchas ganas de comer. Esto sirve, para decir, “te quiero mucho, y el día que me tenga que ir, va a ser muy complicado para mí despedirme”.
En definitiva, da igual si estás en Gran Canaria o en Nueva Escocia, tendrás formas de expresarte sin necesidad de palabras. Y no me malinterpretes, me encantan las palabras. Nos han abierto miles de puertas. Pero ¿qué más da? Estás aprendiendo. Yo con el inglés que traía de casa, he estado muy segura en mis conversaciones. Pero también te digo, no hay día que yo no aprenda vocabulario. Es lo que más me llena al final del día. Porque además, memorizo de qué persona he aprendido una palabra u otra. Gracias a Shea, por enseñarme la traducción de “tinta”. A Vangie, por la traducción de “charcos”. Y a John (que me ha enseñado decenas de palabras), la traducción de “muelle”. Hasta el aprender vocabulario, es una forma de relacionarte con la gente. Aprovecha a cada persona para aprender inglés. Preguntar es maravilloso.
Vamos acabando, y quiero que sepas que estos truquillos no los uso todo el rato jajajajaja. También puedo decir: “Pardon me?” o “What?”; y a la segunda se suele entender o deducir. No te preocupes, para nada de nada, por tu inglés. Al igual que yo, al llegar aquí, te conviertes en esponja, y empiezas a absorber cada gota de conocimiento que puedes. Mucha suerte, y ten mucha caradura. Gracias por leerme. Perdona que las fotos no tengan nada que ver. La verdad es que no sé cómo plasmar este contenido en fotografías. Pero ¿qué se le va a hacer? Te lo valoro mucho. Y claro que hay más truquillos que usar. Descubre los tuyos. Hasta el siguiente capítulo (espero).
Pd.: de nuevo las fotos no tienen nada que ver jajajaja. Para el siguiente sí que sí.
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