¡Buenas tardes familias!
¿Qué tal estáis? Nosotros muy bien, pero ¡menudo día ayer! ¡Fue un sin parar!
Fue un día intenso y lleno de emociones. Como ya sabéis a las 11 de la noche habían quedado en el instituto junto con sus profesoras para ir al aeropuerto y ya allí me encontré yo con ellos a las 4 de la mañana. Tuvieron una pequeña avería con el bus pero al ir con tiempo no supuso gran problema.
Tuvimos que esperar un ratito a que abriesen los mostradores de facturación pero a partir de ahí fue todo «rodado» y a las seis y media estábamos montados en el avión. ¡Qué despegue tan bonito! Los de las filas de la derecha tuvieron la suerte de ver el amanecer y el resto nos quedamos con las ganas. Otros para ese momento ya estaban «echando una cabezada».
Al llegar, Anastassia (una de nuestras activity leaders) estaba esperándonos para llevarnos hasta Cambridge. Aprovechamos este ratillo para cerrar un poco los ojos aunque algunos tenían tanta energía que se pasaron el viaje cantando y bailando. ¡Menuda marcha tienen!
A Cambridge llegamos alrededor de las 12. Teníamos mucha hambre y ¡qué mejor plan para empezar esta aventura que hacer un picnic! Nos llevaron a un parque, nos pusieron unas mantas en el suelo y nos dieron a elegir entre una variedad de bocadillos (y si, con pan del que nos gusta a nosotros que es raro de ver aquí), unas patatas y una chocolatina. Estos chicos son como las pilas Duracell y nada más acabar se pusieron a jugar al fútbol y con el frisbee. ¿Cómo no podían estar cansados?
Como os he dicho antes el día fue de lo más completo y a la 1 teníamos programada la visita al museo Fitzwilliam, un famoso museo de arte y antigüedades. Para hacer la visita más dinámica y entretenida, se dividieron en grupos de 3 y tenía que ir buscando las respuestas a las preguntas por le museo. ¿Cuál será el grupo ganador? En la siguiente entrada os lo desvelo.
Al finalizar la visita tuvieron tiempo libre para explorar un poco la ciudad y hacer las primeras compras. A las 4 estábamos de vuelta a la escuela, listos para recoger nuestras maletas, montarnos en nuestro taxi e ir a conocer a nuestras familias. ¡Qué nervios!
Una vez en casa cenaron con ellos y muchos no tardaron e ir a la cama. Fue un día muy largo y había que reponer fuerzas para el día de hoy. En la siguiente entrada os cuento cómo ha ido.
¡Primer día superado!
Un saludo,
María
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