Un viaje largo, pero cargado de experiencias…
Después de un primer viaje en autobús para llegar hasta el aeropuerto, el grupo se encontró conmigo (Víctor) en Barajas. Allí se nos hizo eterna la espera, cargada de nervios y novedades, pero la ilusión podía más. En un vuelo tranquilo, aunque con varias turbulencias al llegar, tuvimos que atravesar un mar de nubes antes de vislumbrar el característico verde de esta isla.
Una vez recogidas las maletas, nos encontramos con Táedhg, que nos llevó a conocer el centro de Dublín. El grupo se dispersó y tuvo algo de tiempo libre antes de que llegase uno de los momentos más emocionantes del viaje: el encuentro con las host families.
Ya cargados con algunos regalos y bolsas de tiendas de Grafton Street llegamos al punto de encuentro en Firhouse, una zona residencial tranquila al sudoeste de Dublín (a 8 kilómetros de Atlas School Language, donde el grupo tendrá las clases presenciales).
Allí se mezclaron caras de sorpresa, sonrojadas, vergonzosas pero expectantes, entre alguna que otra sonrisa nerviosa. Las familias fueron llegando a recoger en coche al grupo y acudieron a sus respectivas casas, donde pudieron cenar y compartir algunos momentos con sus anfitriones irlandeses.
Y después de todo el día de emociones, viajes y cambios de tiempo llegó la hora de descansar para llegar cargados y disfrutar del segundo día en Dublín.
Mañana será el primer día en la escuela y realizaremos un pequeño recorrido orientativo por el centro de la ciudad con nuestra guía local, Heather.
Mañana nos leemos 😉