Ahora ya sí que sí llegamos al último día y estamos un poco nerviosos y nerviosas, no sólo por el viaje de vuelta y volver a veros, también porque tuvimos que presentar el proyecto en el que estuvimos trabajando estos últimos días. En vez de ir a las clases como todos los días, después de desayunar nos fuimos al Gran Salón para poder hacer las presentaciones y así graduarnos. A pesar de los nervios que os comentábamos lo hicimos genial y lo llegamos hasta a disfrutar.
Después llegó el momento de la ceremonia de graduación en la que nuestros profes nos entregaron los diplomas con nuestras notas. Eso ya os dejamos que las veas vosotras y vosotros en Coruña.
Para aprovechar la tarde del último día bajamos a St Albans para despedirnos de la ciudad y comprar esos últimos regalitos que se nos habían olvidado o que ya les habíamos echado el ojo el primer día. También algo de comida para el vuelo, que aunque seguramente nos lo pasemos durmiendo, nos puede entrar el hambre en algún momento.
Después de la ruta de vuelta en el bus tuvimos tiempo para dejar ya listas y más que preparadas las maletas y revisar que no dejábamos nada en las habitaciones.
Bajamos de nuevo a cenar y volvimos a subir a nuestras habitaciones para ponernos nuestras mejores galas, como se suele decir, porque era la fiesta de despedida. En la residencia nos montaron una discoteca con refrescos y snacks, con canciones en inglés que todos y todas conocemos y con alguna que otra petición nuestra. Además, también había una zona VIP para el equipo de las actividades de la noche que había conseguido más puntos a lo largo de estos días. Como siempre, nos lo pasamos genial y bailamos y cantamos hasta no poder más. Seguro que a alguno o a alguna va a haber que subirle a cuestas al avión. No pudo haber mejor despedida para el viaje que disfrutar todos juntos y juntas de un momento que recordaremos durante mucho tiempo.